martes, 2 de octubre de 2012

Qué hacer cuando se va la chispa

                                      Nadie lo planea, pero suele ocurrir. El romanticismo choque de frente con la realidad y algo tiene que ceder; normalmente es lo romántico. Al principio somos como dos pichoncitos enamorados que lo único que queremos es hacer feliz al otro. Pero luego llegan los hijos y nuestro mundo ordenado se descompone. Los niños no encajan bien en nuestros horarios y programas. No saben ni quieren esperar. Después de un tiempo con tres hijos, dos trabajos y una hipoteca, el amor romántico no es más que un recuerdo lejano. Dos personas agotadas se preguntan donde perdieron esos sentimientos y si algún día volverán. Algunos se resignan a vivir en un matrimonio apagado, otros se quedan juntos hasta que los hijos se hacen mayores y luego buscan nuevos horizontes de pasión. Pero Dios ofrece una tercera alternativa, hacer lo necesario para recuperar "el primer amor".
                                          Así pues: 1) Revalua tus percepciones. Tendemos a pensar
que nuestra situación actual de falta de chispa es una prueba de que el amor romántico está muerto y que se ha perdido para siempre ese sueño. Pero creemos eso porque confundimos el enamoramiento con el amor. El enamoramiento es lo que hace que dos personas se junten, pero el amor las mantiene juntas. 2) Date cuenta de que no se ha extinguido la llama, solo la hemos "dejado atrás". El primer amor no te dejó, ni tampoco murió. Y la solución no es buscar otra pareja. 3)Retrocede sobre tus pasos.
Encontrarás que el amor romántico se encuentra allí donde lo dejaste ; aunque ahora está desnutrido,marginado,ignorado y casi afixiado pero no muerto. Dios creó el matrimonio. Habla con Él. Sigue sus instrucciones y el romanticismo puede volver a resurgir.     

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