En todos los colegios hay niños que están en el último lugar de la jerarquía social. Algunos no son atractivos físicamente, a otros les cuesta aprender y otros simplemente no saben cómo hacer amigos y no se sienten a gusto en el ambiente del colegio (lo mismo se puede decir del lugar de trabajo o de la iglesia). La pregunta clave es: ¿Qué deberían hacer los profesores cuando ven que uno se sus alumnos es ridiculizado y acosado por los compañeros? Hay quien opina ' Los niños siempre serán niños. No te metas en sus problemas; deja que los solucionen ellos mismos'. Pero la Biblia también nos insta a "sostener a los débiles".
Cuando un profesor cariñoso pero firme sale en defensa del alumno menos respetado de la clase, algo increíble sucede en el ambiente emocional del aula: Todos los otros chicos dan un gran suspiro de alivio. porque el mismo pensamiento pasa por cada cabecita: 'Si este niño está a salvo del ridículo yo también lo voy a estar' Al defender al alumno menos popular de la clase, el profesor estás demostrando que respeta a todos y que luchará por cualquiera que sea tratado injustamente. Uno de los valores que los niños aprecian más es la justicia (igual que los adultos). Y por eso se sienten muy incomodos en un modo de injusticia y abuso. Por lo tanto, cuando enseñamos a los niños amabilidad y respeto por los demás e insistimos en que sean corteses y educados en la clase, estamos poniendo unos cimientos de bondad humana para su mundo adulto posterior. Así que estés donde estés hoy, Dios te pide: "....(que (alientes) a los de poco ánimo, que (sostengas) a los débiles, que (seas) paciente para con todos".
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