La preocupación es uno de los pasatiempos más infructuosos que podemos tener. Jesús mismo preguntó: "¿Quién.... por más que se preocupe, va a añadir una hora más a su vida?" La preocupación da al traste con el descanso y deteriora las relaciones personales . Nos acecha y se apropia de nuestra mente . Mientras intentamos funcionar en público, hay una fuerza siniestra indefinible dentro de nosotros. Este enemigo llamado preocupación desorienta los ánimos, anula la creatividad y merma tu sentimiento de realización personal, algo interno que no se puede lograr con la adquisición de bienes. ¿Por qué nos debatimos tanto con cosas que no podemos cambiar?.
Un pastor escribió: "Me costó años entender que cuando me iba a la cama, no debería hacerlo dándole vueltas a la mitad de lo sucedido en el día. Luchaba toda la noche con asuntos que, de todos modos, no podían resolverse hasta la mañana siguiente. No sabría decirte cuantos días fui al trabajo sintiéndome como el tacón desgastado de un zapato viejo. Era menos eficaz, estaba más tenso, era incapaz de ejercer mis funciones al máximo y eso me pasó factura en las relaciones personales.
¿Te sientes identificado?. Aquí está la receta médica de Dios para la preocupación : "No os inquietéis por nada, más bien.....presentad vuestras peticiones a Dios y dadle gracias". Entonces experimentarás la paz de Dios "que sobrepasa todo entendimiento, cuidará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús...Considerad bien todo lo verdadero...respetable...justo....amable...digno de admiración ,,,todo lo que sea excelente o merezca elogio...y el Dios de paz estará con vosotros". Deja que Dios te libere hoy mismo de la preocupación.
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