jueves, 21 de septiembre de 2023

Saber por qué luchar

      El ser más pobre del mundo no es alguien sin dinero, sino alguien que carece de una visión  dada por Dios. La visión demanda fe y compromiso. A menos que entiendas por qué merece la pena  luchar, te arriesgas a : 1) Pelear las batallas equivocadas  2) Pelear en el momento menos apropiado. 3) Pelear cuando no deberías hacerlo. 4) Pelear por qué necesitas ganar para sentirte bien. 5) Pelear aunque la batalla esté perdida pero tu orgullo no te deja aceptarlo. Lo más importante es estar centrado en la meta que Dios te ha dado. Alguien escribe: "Al diablo le encanta que los humanos retrasen el cumplimiento de su destino". Si satanás no puede derrotarte inmediatamente tratará de distraerte con cosas sin importancia, o impedir que te prepares llevándote a tomar malas decisiones. En cualquier caso, él gana y tu pierdes.

        El hecho de que algo sea bueno no significa que sea apropiado para ti. Cuando tu agenda está llena de las cosas  que Dios ya te ha encomendado aprende a decir "no" a otras. Cuando lo haces, te liberas de las expectativas de los demás y de la necesidad de su aprobación. Recuerda también que un "no" no siempre quiere decir "nunca"; a veces significa "todavía no". Cuando abarcas demasiado, tu labor es mediocre y no eres efectivo en nada. Cuando tratas de pelear en muchos frentes a la vez, te agotas y no tienes victoria en lo que es fundamental. Pelear en una batalla donde no hay botín es como echar agua en una choza que está en llamas: a menos que la vida de alguien corra en peligro no merece la pena salvarla. Entonces, conserva tus energías para cuando tengas que hacer algo verdaderamente significativo.  

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