No hay herida que mas duela que la puñalada de una traición. Quizás te identifiques con la traición que sufrió David ,relatada en el Salmo 55 . Es el clamor de un corazón herido, una oración que anhela alivio. Se encuentra abrumado y desconcertado hasta la médula. Si hubiera sido un enemigo, "podría soportarlo" Pero era "mi compañero y amigo íntimo....disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios". Era un trago amargo, ya que se trataba de un amigo íntimo, el último del que sospecharía, la perdona a quien confiaba sus secretos mas profundos, ¡hermano en la fe y compañero en la adoración! Con razón se le partió el corazón . Por culpa de ese amigo que no cumplió su palabra, ahora él se encontraba en peligro de muerte.
"En cuanto a mi compañero, él traicionó a sus amigos; no cumplió sus promesas. Sus palabras con tan suaves como la mantequilla, pero en su corazón hay guerra. Sus palabras con tan relajantes como una loción , ¡pero por debajo son dagas!. ¿Cómo supera David el dolor? Haciendo tres cosas: 1) Lo reconoce. Verbaliza las emociones que experimenta..
2) Se lo cuenta a Dios. En lugar de fingir valentía, comparte su angustia con Dios ."Rogaré y suplicaré a Dios mañana, tarde y noche, y Él me escuchará" 3) Le entrega la situación al Señor. "Confía al Señor todas tus preocupaciones, porque Él cuidará de tí , Él nunca permitirá que el justo quede derribado". Hay las tres cosas hoy mismo y te sanarás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario