Piensa lo absurdo que es orar para tener éxito y resistirse a los cambios necesarios para lograrlo. Pues bien, así lo hacemos. No nos engañemos; es más fácil conformarse con el statu quo que enfrentarnos a la incertidumbre que conlleva el proceso. Algunos creemos que orar para tener éxito es algo egoísta y poco espiritual . El personaje bíblico Jabes, sin embargo, no lo creyó así, pues mira como fue sus oración: "Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal para que no padezca aflicción" Por eso, Dios le concedió lo que solicitó. Fíjate en esta lista de "cambios" a los que quizás te estés resistiendo: dimitir de un trabajo que no te satisface; comenzar un negocio nuevo o abandonar otro no rentable; aprender a usar un ordenador; cortar con una relación perjudicial; deshacerse de cosas que no te puedes permitir, como esa casa de lujo, ese coche, ese estilo de vida, y al mismo tiempo marcarte un presupuesto moderado y ajustarte a él.
Todos esos cambios son normales y forman parte de la vida diaria, no obstante nos agobiamos cuando llega uno inesperado. Ahí es donde descubrimos la diferencia entre lo que decimos y lo que realmente creemos. "Sabemos....que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien ....a los que conforme a Su propósito son llamados". Las palabras clave de este pasaje son "todas las cosas", "bien" y "propósito". Desde que estás "en Cristo", ya no hay nada que te pueda alcanzar sin pasar primero por Él. En "todas las cosas" , están incluidas las cosas que no te gustan, Dios tiene un "propósito" y está trabajando para tu "bien". Mira atrás y dirás: 'Si no hubiera pasado por aquello, hoy no estaría disfrutando de la bendición de Dios'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario