martes, 13 de febrero de 2024

El perdón inicia el proceso de sanidad

                      Las ofensas más difíciles de perdonar son las cometidas por las personas más allegadas. ¿Por qué?¡Porque tenemos que vivir con ellas cada día! Cuando éramos niños, nuestras emociones eran tan intensas que las heridas y el daño infligido entonces puede durarnos toda una vida. El dolor es peor cuando quienes nos agravian son los padres. Quizá nuestra madre nos rechazó  en lugar de darnos el amor que necesitábamos  o nuestro padre alcohólico abusó sexualmente de nosotros de noche. Puede que las víctimas  de semejantes horrores sigan consumiéndose con el resentimiento y la ira muchas décadas más tarde . Y eso te puede llevar a "replicar" esos comportamientos y herir a la gente que amas y más necesitas. ¿Qué hacer al respecto? ¡Perdonar!.

                       Un doctor define el perdón como "renunciar a mi derecho de herirte por haberme herido". Sólo cuando llegues a la madurez emocional para liberar a todos los que te agraviaron, se hayan arrepentido o no, comenzarán a sanarse tus heridas. Jesús lo expresó así:  "Y cuando estéis orando, si tenéis algo contra alguien, perdonadlo, para que también vuestro padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestros pecados". Dirás: 'Pero si los perdono, les dejo salirse con la suya'. No, 'te sales tú con la tuya!  Te liberas del dolor y resentimiento y te predispones para andar bajo la bendición de Dios. Deja la trasgresión y al trasgresor en las manos de Dios, puesto que Él es el único que entiende lo que se hizo y porqué se hizo. Por lo que a ti respecta, perdona, porque el perdón inicia el proceso de sanidad.

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