Cierto día los amalecitas irrumpieron en la ciudad natal del Rey Savid, la arrasaron con fuego y llevaron a las familias cautivas. Antes esta escena devastadora, David y sus hombres "...lloraron a voz en cuello, hasta que les faltaron fuerzas para llorar". Dios dejará que llores por lo que has perdido, porque eso te alivia, pero no te dejará quedarte en ese estado mucho tiempo. Dios dijo a David: "...Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos" David y sus hombres recuperaron todo lo que habían perdido, y mucho más,porque Dios no es sólo un Dios de restauración sino también de abundancia.
Si te sientes avergonzado por los años que has malgastado, el Dios que creó el tiempo podrá darte mucho más. "Yo os restituiré los años que comió...la langosta...Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre del Señor, vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado". Notemos la expresión "hasta saciaros". Cuando Dios te bendice, no va a ser con cuentagotas ni racionado. Entonces podrás cantar el himno: "Su amor no termina, Su gracia es sin fin, Su eterna potencia sin límite es, Pues de su riqueza infinita en Cristo, Él dió, Él da, y dará otra vez". Desde que Adán y Eva "la embarraron" en el Edén, el deseo de Dios ha sido devolvernos todo lo que hemos perdido. Por lo tanto, ven a Él hoy y deja que comience el proceso de restauración.
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