Alguien escribió: " Hoy estamos llorando la pérdida de un viejo amigo: "el sentido común" . Dedicó sus servicios a colegios, hospitales e iglesias; cumplió su trabajo sin grandes alardes ni aspavimientos. Durante décadas, no le afectaron las reglas ridículas ni los pleitos frívolos. Se caracterizó por compartir con los demás,enseñar a los niños valores espirituales y a vivir dentro de sus posibilidades económicas. Sobrevivió a la revolución industrial y a la Gran Depresión. Pero no pudeo soportar los estragos del declive moral y espiritual. Observó como los dirigentes se volvían corruptos y la gente buena se volvía apática. Vio cómo se sacaban los Diez Mandamientos de los edificios oficiales, se prohíbia la oración en los colegios, y los delincuentes tenían más derechos que sus víctimas. Observó con desesperación como los profesores, que necesitaban el consentimiento paternal para dar una aspirina a un alumno, no podían informar a los padres si su hija quería abortar. Antes del sentido común habían fallecido la verdad,la lealtad y la responsabilidad. A su funeral asistió muy poca gente, pues muy pocos se dieron cuenta de que se había ido.
En una encuesta reciente, el 50 por ciento de los entrevistados dijo que no creía que existían "los valores absolutos" cuando se trataba del bien y del mal. Si miramos a nuestro alrededor, ¡vemos las consecuencias de esa forma de pensar!Pero Dios no está de acuerdo con eso. Su Palabra es clara: "Retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal". Dios pidió a Israel que mantuviera los linderos antiguos. Dios establece límites con el fin de protegernos, bendecirnos y guiarnos. Entonces, lucha por lo que es bueno y no te importen las críticas. A la oscuridad nunca le ha gustado la luz, ni lo malo ha sido aliado de lo bueno. Pero tú camina en la luz y elige siempre lo bueno.
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