viernes, 27 de abril de 2012

Siempre tendrás motivos para dar gracias

Imaginate que agenda más apretada de compromisos,debía de tener el presidente
Abraham Lincoln,día tras día, no obstante , una vez que una anciana que no tenia
nada oficial que tratar con él pidió verlo, Lincoln consistió amablemente.
Cuando la anciana entró en su oficina, el presidente se puso de pié para saludarla
y preguntándole en que podía servirle.Ella contestó que no había ido a pedirle
ningún favor, había oído decir que el presidente le gustaba cierto tipo de galletas
y ella había preparado algunas para llevárselas a su oficina.
Con lágrimas en los ojos Lincoln,respondió: "Es usted la primera persona que no ha
venido a mi oficina, a pedir ni esperar nada, sino más bien a traerme un regalo, se lo
agradezco de todo corazón".
Cuando nos acordemos de Dios, que no sea siempre para pedirle algo, en lugar de ello
llevemosle simplemente el  regalo de nuestra gratitud y amor.

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