jueves, 15 de enero de 2015

Vete en la fuerza de Dios

                                                  Alguien dijo: " No hay nada más extraño que la gente, pero tampoco nada más importante". Jesús entendió ese principio. Pasó su vida como "el que sirve" Alcanzó a los marginados de la sociedad. Buscó a la oveja perdida mientras dejó a las otras noventa y nueve esperando. Mientras agonizaba en la cruz, su pensamiento  no fue considerar el impacto que había tenido su ministerio en la tierra, ni tratar de atar algún cabo suelto. Usó el momento para perdonar al ladrón que estaba crucificado a su lado, pedir al Padre que perdonara a quienes lo habían crucificado, y asegurarse de que su madre iba a ser cuidada después de su partida al Cielo. ¿Tenía Jesús menos ocupaciones que nosotros? ¿Sabía algo que nosotros no sabemos? En lugar de llenar nuestras agendas deberíamos estar mas ocupados en entablar relaciones y darnos a los que nos rodean.
                                                    Piensa lo que pasaría si, como Jesús, tomáramos la decisión consciente de invertir nuestro tiempo y talento  en la vida de doce personas. Las posibilidades son infinitas. A lo mejor te sientes intimidado por el concepto de marcar la diferencia en el mundo. No dejes que tu visión de lo que es posible sea limitada por la percepción que tienes de tus debilidades o destrezas, "Que toda la gloria sea para Dios , quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir e incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros" Solo importa una opinión, la de Dios. Él le dijo a Gedeón: "Ve tú con la fuerza que tienes y rescata a Israel...¡Yo soy quien te envía!. Es la fuerza de quien te envía, y no la debilidad del que es enviado, lo que cambia el cálculo de probabilidades y te hará ganar.    

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