viernes, 5 de agosto de 2016

Arriésgate

                                                   ¿Recuerdas a los tres siervos de la parábola de Jesús que recibieron una suma de dinero para invertirla?Los primeros dos doblaron la cantidad, pero el tercero la enterró. Los dos primeros fueron ascendidos y el tercero despedido. "...A este criado inútil arrojadlo fuera ...allí llorará"
¿Acaso hay incentivo mayor que arriesgarte por fe basándote en lo que Dios te ha prometido?Dirás: Ya, ¿y si fracaso?. Pongámoslo así: Como hijo redimido de Dios tienes una red de seguridad por debajo que te protege en caso de caída. Pero si tu reputación y tu autoestima van ligadas a alguna iniciativa fallida, no tendrás ganas de intentarlo otra vez. Igual que un atleta de élite retrocede para coger impulso y correr más rápido, tal vez unos pasos atrás ahora te propulsarán más adelante.
                                                    Algo más a considerar: La forma en que Dios evalúa nuestros logros no coincide con la de la gente. Muchas veces, un fracaso a los ojos de los hombres es un logro a los ojos de Dios. ¿Te acuerdas de Noé? Antes del diluvio parecía un loco fracasado pero después se convirtió en el hombre con mayor éxito de la Tierra. La recompensa mas gratificante no es que los hombres te den el visto bueno, sino que Dios te diga: "Bien, buen siervo y fiel". 

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