miércoles, 24 de agosto de 2016

"Tú le das vida a todo"

                                                   Fijémonos en otro milagro del ingenio creador de Dios: el ciclo de nitrógeno, un gas inerte en extremo. Si no lo fuera, seríamos envenenados por distintas combinaciones de nitrógeno. Pero precisamente por esa cualidad de inerte es imposible que este gas se combine de forma natural con otros elementos. Aún así, las plantas lo necesitan, ¿Y cómo hace Dios para extraerlo del aire y filtrarlo en el suelo? ¡Con los rayos! Cada día, cien mil rayos azotan nuestro planeta generando a su vez cien millones de toneladas de nitrógeno anuales útiles como nutrientes para la vegetación. 50 kilómetros por encima está la fina capa de ozono. Si se comprimiera tendría tan sólo 3 centímetros de grosor, pero sin ella la vida no sería posible.
                                                  Caen ocho rayos solares mortales en nuestro planeta constantemente, por lo que sin el ozono acabaríamos quemados, cegados o hervidos. Los rayos ultravioletas se presentan o bien en forma de rayos cortos, que son distribuidos a través de la capa de ozono en una cantidad muy limitada, pero suficiente para matar las algas verdes que, de otro modo, se reproducirían hasta anegar lagos, ríos y océanos. No cabe duda de que dependemos por completo de la bondad de Dios . Por eso dijo el salmista :
"Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo." Tú les das y ellos recogen; abres tu mano y se sacian de bien ".          

No hay comentarios:

Publicar un comentario