Una palabra para los "preocupantes"

                                 La preocupación es como un ladrón; nos roba el gozo que Dios quiere que tengamos a diario.Se puede decir que todos los temores se reducen en dos: que no vamos a tener lo suficiente para nuestras necesidades o que vamos a perder lo que tenemos. Marta era una "preocupona" y esa actitud se hizo evidente cuando Jesús fue a comer a su casa. Ésta andaba muy atareada en la cocina mientras su hermana estaba sentada a los pies de Jesús. Frustada, Marta le pidió al Maestro. "Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude" La preocupación nos hace olvidar quien es el siervo y quién es el Señor. Destaquemos tres cosas de este episodio: 1) Marta estaba muy ocupada sirviendo, pero no estaba disfrutando de su servicio. No cabe duda de que quería agradar a Jesús; sin embargo, dejó que su trabajo para el Señor fuera más importante que su relación con Él. ¿Te ha pasado esto? 2)Satanás no tuvo que sacar a Marta de la cocina, lo que hizo fue robarle el ptopósito por el que se encontraba allí. Satanás no te enfrenta con la iglesia; sencillamente  hace que te "mires el ombligo" continuamente. No te quita el ministerio; sólo te desanima para que pienses que trabajas demasiado  y que nadie lo aprecia. 3) Dios valora tu actitud más que tus hechos. "En todo cuanto hagáis, evitad quejas..." Una mala actitud  invalida el regalo que ofreces a Dios. Jesús dijo: "...Una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte..." ¿Qué escogió María? Sentarse a los pies de Jesús. Él prefiere la devoción callada de un corazón sincero a la actitud bulliciosa de alguien que se queja ¡Reflexiona!.