La tentación provoca en nosotros sentimientos de culpabilidad, los cuales nos desaniman, al hacernos argumentar: 'Si fuera mejor cristiano, no tendría estos pensamientos, He orado mucho al respecto; ¿Por qué no me quita la tentación el Señor?' ¡Nunca estaremos libres de ella! La oración no la elimina, pero si nos acerca más a Dios, y Él nos da poder para vencerla. "Someteos, pues, a Dios;resistid al diablo, y huirá de vosotros" Nos dice la Biblia: "No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probado más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla". Cuando venga la tentación, nunca te preguntes qué debes hacer; Dios lo ha dejado claro en las Escrituras y nos ha dado Su Espíritu para redargüirnos, guiarnos y fortalecernos.
Además tenemos el privilegio de poder acercarnos. "...confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia por el oportuno socorro". Alguien escribió: "Es un error no tomar en serio la tentación. Muchos de lo que han sucumbido ante ella, creyeron que eran bastante fuertes para resistirla...Cuando estés rodeado de maldad, no des por hecho de que tú eres inmune a ella...aparte de las oportunidades de ser tentado..." "...así quitarás el mal de en medio de tí" Aparta cualquier forma de tentación en tu hogar, tus relaciones y tu mente mediante una relación de amor con Dios y el convencimiento de que no puedes conseguirlo es tus propias fuerzas. Cuando José fue tentado a cometer adulterio, huyó. No puede existir la luz y las tinieblas al mismo tiempo. Huye entonces, de la oscuridad y dirígete hacia la luz."
No hay comentarios:
Publicar un comentario