En cierta ocasión Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan y los llevó a la cima de una montaña, Leemos: "...Moisés y Elías. Estos...hablaban de su partida...Pedro dijo a Jesús: Maestro...hagamos tres enramadas, una para tí, una para Moisés y una para Elías..." Pedro erró en su razonamiento. Hacer tres tiendas hubiera puesto al mismo nivel de Jesús a Moisés y a Elías, pero ¡nadie es igual a Jesús! Él es total, absoluta y rotundamente Dios.Cuando el Señor habló desde el cielo, allí estaban presentes Moisés, el dador de la Ley, Elías el profeta, Pedro el predicador, Santiago el apóstol y Juan el revelador de la última profecía. Pero Él no dijo: 'Escuchadlos', sino que sus palabras fueron: "...Este es mi Hijo amado; a él oid" . Jesús sabía bien quien era. Cuando sus acusadores le preguntaban a gritos: "Luego, ¿eres tú el Hijo de Dios?...la respuesta de Jesús fue: "...Si, yo soy..." Y también había dicho: "...El que me ha visto a mí ha visto al Padre..." Acto seguido, les dejó anonadados con la predicción de su muerte y resurrección.
Dejemos algo muy claro: Puedes pensar que Jesús fue un embaucador o lo puedes adorar como Dios, pero no digas que se trata de una figura histórica relevante.C.S. Lewis expone: "Alguien que dijera las cosas que dijo Jesús no sería sencillamente un gran maestro de moralidad; sería o bien un lunático o el mismo diablo. Puedes escupirlo, matarlo o postrate ante sus pies y llamarle Señor, pero no aceptemos esa teoría condescendiente y sin sentido de que Jesús fue un gran maestro humano. "Y tú, ¿qué piensas de Jesús? ¿Es el Señor de tu vida? Él anhela serlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario