Dadores de tinaja. En medio de una terrible hambruna, Dios envió al profeta Elías a Sarepta, y le avisó de que se encontraría con una viuda que le iba a alimentar. ¿Por qué no lo mandó a una familia rica? Porque los ricos no necesitaban un milagro, mientras que la viuda sí. Cuando Elías le pidió a la mujer algo de comer, ella le dijo que no le quedaba más que "...un puñado de harina en la tinaja..." Sólo tenía ingredientes para una comida más, y luego ella y su hijo se dejarían morir. A lo mejor estás pensando del profeta: Típico predicador, te pide hasta el último bocado de tu boca y el último céntimo del bolsillo'. Pero no fue así, sino que ése fue el mejor día de la vida de la viuda, porque iba a entrar en una dimensión de milagros: aunque primero tuvo que superar el miedo a dar."Elías le dijo: no tengas temor...hazme con ello primero una pequeña tarta cocida...y traémela....Porque el Señor Dios de Israel ha dicho así: "La harina de la tinaja no escaseará...hasta el día en que el Señor haga llover sobre la faz de la tierra".
¿Y que pasó? "La viuda fue e hizo como le había dicho Elías...No escaseó la harina de la tinaja..." Dia tras día, sin falta, la mujer iba a la tinaja y sacaba mas harina. Ella comprendió que si obedecía la Palabra de Dios. Él supliría todas sus necesidades. ¿Eres un dador de tinaja o tienes miedo de soltar lo que tienes por si acaso no te queda bastante? No temas, Dios siempre te dará más de lo que tú le des. Sea lo que sea que entregues. Él ha prometido devolverlo con una "...medida buena, apretada, remecida y rebosando..."
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