miércoles, 12 de abril de 2023

La raiz y el fruto

               En una carta a uno de los propulsores del Gran Avivamiento, Benjamin Franklin escribió: 'Sólo puedo expresar mi agradecimiento a los favores  de Dios con mi disposición  a ayudar a Sus otros hijos,que son mis hermanos. Pero no creo que los cumplidos y los agradecimientos, aunque se repitan semanalmente, puedan hacernos evadir nuestras obligaciones hacia el prójimo, y mucho menos a nuestro Creador.Mi concepto de buenas obras, se puede deducir con esto, es que de ningún modo  merezco el cielo por ellas Entiendo el cielo como un estado de felicidad infinita de duración eterna. Pues bien, no puedo hacer nada pata merecer tal recompensa...la fe que mencionas tiene su expresión en el mundo y no quiero verla disminuida ni en mí ni en ningún otro ser humano.Sin embargo desearía que esa fe fuera impulsora de mas buenas obras de las que he visto hasta ahora; con "buenas obras" me refiero a actos de bondad, amor,misericordia y servicio a los demás; y no a ausencias por descanso, lectutas de sermones o largas oraciones llenas de adulaciones y cumplidos...Alabar a Dios es una obligación; escuchar o leer sermones puede ser algo útil, pero si los hombres se limitan a escuchar y a orar, como muchos hacen es como si la utilidad del árbol se midiera por el agua que recibe y las hojas que da, aunque no produzca fruto".

                Cuando hacemos énfasis en que la salvación es por gracia y no por obras,nunca perdamos de vista que esa fe salvadora siempre produce buenas obras. La fe es la raiz de la salvación. Pero los actos de bondad y generosidad son los frutos de la salvación; y "...por el fruto se conoce el árbol". 

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