Leemos;'....Jesús.... vio a dos hermanos, Simón...y su hermano Andrés que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Y les dijo- Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres". Para seguir a Cristo, tienes que aprender a ser pescador de hombres , y luego hacerlo. Alguien solía pescar de pequeño. Y narra: Salimos soñando con un poco de sol. pero a la mañana siguiente el cielo estaba gris y el lago era una montaña de grandes olas donde era imposible pescar. Al otro día...hielo. Tratamos de seguir animados... pero me empecé a dar cuenta...que yo tenía mal temperamento...mi papá estaba demasiado susceptible... No hay nada como estar encerrado con alguien para ver su verdadero carácter. Al despertarnos a la mañana siguiente con agua nieve, todos andábamos de muy mal humor...Yo estaba insoportable y papá no parecía hacer nada bien, así que cuando nos dijo que nos volvíamos a casa, a nadie le importó.
Cuando la energía destinada para una tarea exterior, se usa por dentro...en lugar de echar las redes, tiramos piedras. En lugar de dar una mano, apuntamos con el dedo. En lugar de ser pescadores de los perdidos, nos hacemos críticos con los salvados. En lugar de cuidar a los heridos, herimos a los cuidadores. ¿El resultado? Iglesias divididas; mal testimonio; corazones lastimados; batallas legalistas. Pero cuando los que han sido llamados a pescar hacen su trabajo, entonces sobresalen...Nada une más a los soldados que luchar por un objetivo común. Si se quedan adentro en los barracones, se inventarán cosas de qué quejarse: las camas son muy duras, la comida está fria, los comandantes son demasiado severos. Pero si colocas a esos mismos soldados en las trincheras y les dejas disparar unas balas, esos barracones aburridos se convierten en un hermoso refugio...La próxima vez que la situación en el exterior te tiente refugiarte adentro...¡sal! Porque si los pescadores no pescan, ¡pelean!".
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