La justa indignación es la capacidad ded enojarse cuando hay motivos para ello. Si ves a alguien que es maltratado y no te inmutas, o bien estás haciendo la vista gorda o no tienes compasión. Dios nos dio los sentimientos de ira e indignación para instarnos a hacer algo positivo. La Biblia dice:"Dios está airado contra el impío todos los días"; es lo que le motiva a actuar en contra de la maldad humana. Cuando Jesús vio como la casa de Su Padre era profanada, su indignación le llevó a hacerse un látigo y derribar las mesas de los cambistas con el dinero. Su "...celo por la casa de Dios(lo consumía)". No pudo transigir ni quedarse quieto. El mundo necesita personas que actúen cuando los débiles y vulnerables son "usados y abusados". Pero la rabia descontrolada no es fruto de una motivación digna sino que proviene directamente de nuestra naturaleza pecaminosa.
Tal vez hayamos sido heridos en nuestro orgullo,como el caso de Balaam , que se enojó cuando fue confrontado con la verdad. O nos amargamos cuando alguien parece ser más bendecido que nosotros. comom ocurrió con Caín, que tuvo envidia de su hermano porque la ofrenda de este fue aceptada por Dios y la suya no. O queremos hacer las cosas a nuestra manera con fines egoistas, como lo hizo Hamán, que se enfureció porque Mardoqueo no le hacía la reverencia. O nos morimos de envidia cuando alguien llega más lejos que nosotros, como el caso de Saúl, que tuvo celos de la popularidad de David. O nos negamos a confrontar nuestras faltas y pecados como el rey Acab, que tuvo que hacer frente a una verdad que no quería oír. La Biblia nos advierte: "Si os enojáis, no pequéis, no dejéis que el sol se ponga estando aún enojados, ni déis cabida al diablo".
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