martes, 26 de marzo de 2013

Dios te cuidará

                                                                      Piensa en las cosas que te preocuparon el año pasado, o incluso la semana pasada. ¿Cuantas de ellas se hicieron realidad? Si creemos las estadísticas, el diez por ciento, como mucho. ¿Ayudó en algo tu preocupación? ¿Y qué decir del coste emocional y físico que se cobra la preocupación? El doctor Charles Mayo de la famosa clínica Mayo, afirmó: "Preocuparse es perjucidicial para la circulación, el corazón, las glándulas y todo el sistema nervioso. Es decir, que repercute en toda la salud. No he conocido a nadie que haya muerto por exceso de trabajo, pero a muchos que fallecieron por exceso de preocupación." Entonces, ¿cuando vas a admitir que te preocupas demasiado y a hacer algo al respecto? Te preguntarás como evitar esa actitud. Pues bien, La Biblia nos dice: "Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque Él tiene cuidado de vosotros".
                                                                      Al entregarle cada día a Dios, estás confiando en Él para que vaya delante de ti y solucione las cosas de modo que salgas beneficiado. ¡Esa es la única manera de vivir bien! La preocupación no funciona, es como una mecedora: te dará la sensación de que estás avanzando, pero no te conduce a ningún sitio. La vida es demasiado complicada para que la enfrentemos solos. Por lo tanto, cuando la preocupación llame a la puerta de tu mente, atácala con las promesas de Dios. Venga, entrega tus temores al Señor y verás como se desvanecen. Alguien dijo: "El principio de la ansiedad es el final de la fe. y el principio de la fe es el final de la ansiedad."         

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