jueves, 30 de octubre de 2014

Vivir por algo que merezca la pena

                                                  Se dice que en 1923, siete de los empresarios más prósperos del mundo se reunieron en un hotel de Chicago; el presidente de la mayor empresa siderúrgica independiente, el presidente de la compañía de servicios más importante, el mayor especulador de trigo, el presidente de la Bolsa de Nueva York, un miembro del gabinete presidencia de los EE.UU.
el presidente del Banco de Pagos Internacionales y el presidente del mayor monopolio del mundo.
La fortuna conjunta d estos magnates superaba los fondos del Tesoro estadounidense.
                                                   Avancemos en el tiempo 25 años y veamos lo que sucedió con estos hombres. Charles Schwab, presidente de la mayor siderúrgica independiente, vivió los cinco últimos años de su vida de dinero prestado y murió como un mendigo. Arthur Booger, el especulador de trigo se pegó un tiro.  Richard Whitney, presidente de la Bolsa de Nueva York, pasó tres años en la cárcel. Albert Fall, miembro del gabinete presidencial estadounidense, fue a la cárcel por soborno. León Fraser presidente del Banco internacional de Pagos de los EE.UU. se pegó un tiro. Ivan Kreuger, director de uno de los mayores monopolios mundiales, también se suicidó.
                                                     Si la crisis económica reciente nos ha enseñado algo, es que el dinero no da ni seguridad ni felicidad. Es verdad que Dios te puede bendecir con dinero. Pero lo hará por dos razones: 1) Porque le gusta que Sus hijos caminen en Sus bendiciones. 2) Porque espera que uses el dinero para demostrar el amor de Dios a un mundo que sufre. Si recuerdas esas dos cosas, vivirás por algo que de verdad merece la pena.   
                                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario