viernes, 13 de febrero de 2015

"...Que no brote ninguna raiz de amargura que os perturbe"

                                                   Para quedar libre de amargura tienes que: 1) Perdonar, "...Perdonándoos unos a otros , como Dios también os perdonó" Ya sea que la persona que te ha herido te pida perdón o no , esté viva o muerta o siga hiriéndote, tu única alternativa es el perdón. Al perdonar te liberas a ti mismo para poder disfrutar de la vida.2) Dejar de lado toda expectativa con respecto al ofensor. Si cambias tus expectativas tendrás paz interior. Ya sea que la otra persona cambie de actitud o no, tú debes seguir adelante. Si nece4sitas muestras de cambio estarás atado a ese deseo. Pablo dice: "Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto permaneced firmes , y no os sometáis otra ve4z al yugo de la esclavitud" 3) Entrega a Dios tus necesidades para que Él las satisfaga. Su palabra dice: "Mi Dios pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" Fijémonos en la palabra "todo" Dios puede proveer todas las personas, todos los recursos y todas las oportunidades  que necesites para vivir una vida feliz.
                                                         4) Pide a Dios que bendiga a tu ofensor. Sabemos que es difícil, pero Jesús dijo: "...Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y persiguen" Esa clase de oración te devuelve el control de tu vida. 5)Haz algo bueno por tu ofensor. Pídele a Dios que lo bendiga. "...Si tu enemigo tiene hambre  dale de comer; si tiene sed, dale de beber, pues haciendo esto, harás que le arda la cara de vergüenza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal ".          

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