viernes, 3 de junio de 2016

Educar a los hijos dóciles y a lod rebeldes (2)

                                                     En la meditación de ayer hablábamos de los hijos dóciles y los rebeldes.Todo padre o madre de dos hijos o más probablemente haya sido bendecido con al menos uno de cada. Cuando un niño es como dinamita y el otro dulzura, el amable y cooperativo puede fácilmente no ser tenido en cuenta. Si hay una labor desagradable por hacer se espera  que él la haga porque sus padres no tienen energías para enfrentarse a la "fiera". Cuando es necesario que uno de los niños sacrifique algo o ceda , siempre se tiende a elegir al que no va a protestar tanto. En esas circunstancias el hijo dócil se lleva la peor parte y las consecuencias de tal injusticia son evidentes.
                                                      Con el tiempo el hijo responsable se enoja. Acumula un sentir de impotencia y resentimiento que le hierve por dentro. Se parece al hermano mayor de la Parábola del Hijo Pródigo. Este no se rebeló contra su padre pero se molesto mucho con la atención dada al hermano irresponsable.Eso es normal con estos niños. Debes intentar de equilibrar la balanza cuando tratas con el hijo dócil. Asegúrate de que recibe la atención que le corresponde. Ayúdale a buscar formas de enfrentarse a su hermano autoritario. Y en lo que sea posible dale el derecho de tomar sus propias decisiones. La educación de los hijos no es nunca tarea sencilla; hasta los niños más "fáciles" demandan todos nuestros esfuerzos y la sabiduría de Dios, la cual puedes recibir: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada".

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