martes, 14 de junio de 2016

El amor es la estrategia ganadora

                                                      La Biblia dice: "El amor nunca deja  de ser...." Piénsalo bien, el dinero no da la felicidad, la fama no da autoestima y la venganza no da satisfacción. Lo único que nunca falla es el amor. Cuando la Madre Teresa se dirigió a los dignatarios mundiales en las Naciones Unidas, estos le preguntaron: ¿Cómo podemos tener la paz en el mundo? Su respuesta fue:
'Id a casa y amad a vuestras familias'. Si todos los hiciéramos el 'Paraíso Perdido' se volvería en el 'Paraíso encontrado'. La agudeza intelectual y el intenso narcisismo de Napoleón Bonaparte hacen que la siguiente declaración de él acerca de la supremacía del liderazgo en amor  resulte bastante sorprendente: "Alejandro Magno, César, Carlomagno y yo fundamos grandes imperios. ¿Pero con qué impusimos la creación de nuestro genio? Con fuerza. Solamente Jesús creó Su imperio con amor, y hasta el día de hoy millones de personas  están dispuestas a morir por Él".
                                                          Muchas veces los líderes no sin más que meros "acaparadores de poder "(o dictadores). Y puesto que no puedes amar a los demás sin hacerte vulnerable consideran la expresión de amor como una debilidad. Pero el hecho es que no puedes amar sin algún tipo de compromiso. Para amar de verdad--a tu esposa, tus hijos o tus subordinados-- tienes que entregarte de reservas y de tal modo que puedas ser herido y hasta rechazado. El principio fundamental en el que "operan" los dictadores es protegerse asimismo y todo lo que tienen. Mientras que el principio fundamental del buen liderazgo es precisamente darse sin reservas. El amor como característica intrínseca del liderazgo parece algo pasado de moda, y sin embargo según las Escrituras sigue siendo la estrategia ganadora. La Biblia dice: "...No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio".       

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