martes, 20 de septiembre de 2016

"...No tenéis lo que deseáis, porque no pedís"

                                                       Destaquemos lo siguiente: 1) No vas a recibir ciertos beneficios a menos que los pidas. Además,  "pedir y recibir" es algo que ayuda enormemente a la autoestima. Imagina la alegría de las cinco mujeres cuando su petición fue aceptada. Está claro que las muchachas eran emocionalmente fuertes, si no, no lo hubieran intentado. Como hijo de Dios declara: " ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. 2) Es importante elegir el buen momento. "El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias". Las hijas de Zelofehad hablaron a Moisés cuando todavía estaban en el desierto y no se había conquistado la Tierra Prometida.No hay nada mejor que planear bien. No puedes quedarte con los brazos cruzados y suponer que otros están pendientes de tu bienestar. Por ejemplo, el momento de pedir un aumento de sueldo a tu jefe no es después de que se hayan anunciado las subidas , sino antes. Las hijas de Zelofehad mejoraron la vida de toda mujer en Israel. Al manifestarte y confrontar ciertas situaciones no solamente serás bendecido tú sino que también otros se beneficiarán. 3) Busca una solución favorable a todas las partes. Todavía no podían cantar victoria. Las hijas de Zelofehad tenían tíos que apelaron la nueva decisión, alegando que si estas mujeres se casaban con hombres de otras tribus entonces sus tierras  saldrían del clan familiar. Así que Dios dio otra norma: Para poseer la tierra tenías que casarte dentro de tu tribu. Y en términos espirituales, cuando se trata del matrimonio el mismo principio sigue en pie: "...Queda libre de casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor". La misma regla es válida para los hombres.        

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