viernes, 11 de diciembre de 2020

Las bendiciones de un corazón compasivo (1)

                                           Aún en medio de la coyuntura económica difícil, seguimos siendo mas ricos que muchos y también mas ricos de lo que hemos sido nunca. A lo mejor no tenemos el último modelo, o el más grande, o el mejor y más rápido, pero casi nunca carecemos de lo necesario, ¿verdad? Dios no quiere hacernos sentir culpables, pero sí que "pensemos en el pobre (lo tengamos  en cuenta)". La Biblia dice: "El que cierra su oído al clamor del pobre tampoco será oído cuando clame" ¿Podía ser esta la clave para que nuestras oraciones sean respondidas? Es una bendición  vivir una vida de comodidades, pero no puedes olvidarte de los necesitados.

                                            ¿Cómo ve Dios a los pobres? ¿Qué espera que hagamos nosotros por ellos? "Cuando haya algún pobre entre tus hermanos....no endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano pobre...pues....se te contaría como pecado". Ayudar a otros no es una opción sino una obligación. En las Escrituras el diezmo se usaba para el sustento de la obra de Dios y de sus siervos, pero también se compartía con "...el extránjero, el huérfano y la viuda, para que coman en tus aldeas hasta saciarse". Dios dijo también: "Si alguno de tus compatriotas se empobrece y no tiene como sostenerse, ayúdale como harías con el extranjero o con el residente transitorio; así podrá seguir viviendo entre ustedes" Hemos sido llamados a alimentar, dar techo y vestido a los necesitados. Dios tiene compasión y es generoso con los pobres, promete bendecirnos si seguimos su ejemplo.   

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