Hay una gran correlación entre la consecuencia de nuestras aspiraciones y los recursos que necesitamos para hacerlas realidad. Normalmente queremos ver los recursos, tenerlos a nuestra disposición antes der dar un paso adelante. Si hacemos así, nos quedaremos sin visión y sin recursos. Tenemos que ser como ese caracol que empezó a trepar por un manzano en el mes de Febrero. Mientras se deslizaba lentamente hacia arriba, un gusano asomó la cabeza desde una grieta del árbol donde se escondía y le dijo: 'Estás desperdiciando tus energías. No hay ni una sola manzana ahí arriba.' A lo que el caracol respondió: 'No, pero las habrá cuando llegue allí' En las Escrituras, una y otra vez Dios envió a personas con escasos recursos.
Pero cuando llegaron donde Dios quería que fueran, se encontraban con lo necesario para hacer su cometido. La visión no sigue a los recursos sino que los precede. Primero, tenemos un ideal o un deseo luego nos movemos hacia el mismo. Sólo entonces nos seguirán las personas y los recursos, y podrá empezar a cumplirse el plan de Dios. Dijo alguien sabio: 'Sólo se obtendrá la recompensa del esfuerzo cuando nos negamos a rendirnos'. Los triunfadores "perciben" lo que otros no ven. Y eso les motiva a seguir adelante. "^Por las fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sotuvo como viendo al Invisible".
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