martes, 11 de mayo de 2021

No des lugar a la amargura

                               La traición es lo que otros te hacen; la amargura es lo que tú te haces a tí mismo. Es imposible pasar por la vida sin ser lastimado. Puede ser un cónyuge infiel, un jefe que te difama o una empresa que te despide sin explicaciones. Sentado a la mesa con sus discípulos, Jesús dijo: "...Uno de vosotros...me va a entregar" . Poco después de eso, Judas lo traicionó con un beso. Algunos te besarán hoy y te traicionarán mañana. Pero Jesús no dio lugar a la amargura; porque sabía que el beso de Judas lo conduciría a Su destino. Tampoco dio la espalda a Pedro cuando éste  le negó, sino que Pedro fue el único apóstol que mencionó cuando había planeado presentarse ante sus discípulos después de la resurrección. Jesús veía a las personas a la luz potencial, no de sus problemas. La realidad del momento no le impedia percibir lo que éstas llegarían a se cuando fueran tocadas por la gracia de Dios. Y tú debes ser así también.

                                Pablo escribió al respecto:"Quítense de vosotros toda amargura...Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". Por lo tanto, elimina de tu conversación cualquier palabra que denote amargura. Deja de revivir una y otra vez los detalles de tu pasado, a no ser que sirvan de enseñanza pata animar a otros a que se superen. ¿Piensas en tu pasado con frecuencia? ¿Qué estás haciendo  para impedir que tu corazón albergue amargura? Dios dice:: "No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva...".

No hay comentarios:

Publicar un comentario