miércoles, 24 de agosto de 2022

Espejito, espejito mágico (1)

              Muchos de nosotros no estamos satisfechos con lo que vemos en el espejo. Es más, algunos estamos tan poco satisfechos que nos gastamos una fortuna para cambiarlo. Y aunque esté bien cuidar de la apariencia, Dios no nos dió nuestro físico para demostrar lo que valemos para Él o para los demás. Sin importar que rasgos físicos hayas heredado, aquí hay algunas verdades de la Palabra que merece tener en cuenta: 1) Si te amargas por tu físico estarás en desacuerdo con Dios. La Biblia dice que no tienes ningún derecho a recriminarle a tu Creador. Eres una vasija moldeaada por un alfarero; y el barro no le reprocha: ¡Detente, lo estás haciendo mal!   Dios te creó para que seas Su vasija de barro, un recipiente práctico y utilizable; no un bonito adorno para lucir. "....Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros". Tu valor no depende de tu físico, sino de lo que contiene: el mensaje de la gracia de Dios que cambia vidas. 2) Amargarte por tu físico  viene de falsas comparaciones. Hoy en día se nos empuja a aspirar a ideales inalcanzables de belleza. Modelos retocadas nos venden de todo en la televisión, desde cereales hasta automóviles. ¡Bajemos de las nubes! "...Ellos manifiestan su falta de juicio al medirse con su propia medida y a compararse consigo mismos".La insatisfacción que tengas con tu apariencia proviene de desconocer el propósito maravilloso y creativo que Dios tiene para tí. Y eso lo entenderás cuando fijes  "...la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe...."

No hay comentarios:

Publicar un comentario