domingo, 18 de diciembre de 2022

Ayuda para la ansiedad y la depresión (2)

                       Tus pensamientos pueden  se una especie de incubadora de ansiedad y depresión; así que  ten en cuenta lo siguiente: 1) Eres dueño de tus pensamientos.  "....Mis inquietudes (pensamientos negativos se multiplican dentro de mi...." Tú los concibes, los interpretas, les das significado, los aceptas o los rechazas: Por lo tanto aprende a distinguir qué ideas te ayudan y cuáles no. 2) Te conviertes en un producto de tu forma de pensar. No son las circunstancias, sino tu reacción  ante ellas lo que desata tus emociones. Tus pensamientos desencadenan una reacción química que condiciona tus sentimientos, así como la duración y la intensidad de ellos. Cuando empieces a pensar de modo distinto, también te sentirás diferente. 3) Tus pensamientos son prolíficos. El salmista dijo: que se "multiplican" dentro de la persona. Los pensamientos ocasionales pueden amargarte por unos momento, pero no llegan a provocar ansiedad y depresión profundas, Cuando llegas a ese estado, es porque has albergado patrones negatrivos de pensamiento que se han multiplicado en tu interior. Debes "llevarlos cautivos a la obediencia a Cristo", para poder pensar como Él y estar en control de ellos. 4) Deja que "el Epíritu (te) renueve los pensamientos y las actitudes (forma habitual de pensar)". Somete tus pensamientos al Espíritu Santo y deja que Él los apruebe, renueve o sustituya con los suyos. La ansiedad y la depresión no pueden seguir dominándote cuando le das a Dios el control de tu mente. 5) Ciertas personas pueden contribuir a aumentar o disminuir tu ansiedad y depresión. Éstas pueden influirte ganas de vivir--¡y también de morir!---. Evita a quienes hablan palabras de desánimo y pasa el tiempo con los que hablan "buenas palabras", porque éstas "alegran" el corazón.

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