Una de las pocas mujeres que ha escalado el Everest --otro paso más en la serie de hazañas que comenzó hace diez años cuando le diagnosticaron esclerósis múltiple. Muy asustada, pero decidida a conseguir su meta, dejó su trabajo y se dedicó a escalar. Nueve años más tarde había alcanzado las cimas mas altas de los seis continentes; 'Ella no consideraba su enfermedad como algo negativo, sino lo contrario' explicó su padre; 'Ella lo acepta como un reto'. Con una pancarta en honor del primer dia mundial de la esclerosis múltiple, llamó a su padre por teléfono via satélite: ¡Estoy en la cima!¡Lo conseguí! Un sueño alcanzado que se forjó durante seis años Ahora su meta es trasmitirles a aquellos que enfrentan dificultades que hasta la montaña más alta puede escalarse paso a paso.
En el libro (Seguir hasta el final) el escritor escribe: "Nuestro camino...es el progreso, no la perfección. No se trata de hacer una cosa cien veces mejor, sino de hacer cien cosas un uno por ciento mejor cada día. El progreso es evolución, no revolución...la mayor parte de los días se mide en centímetros, no en kilómetros. Lo que de verdad cuenta es meterte de lleno en la vida, te sientas como te sientas, Pregúntate: ¿Qué dos o tres cosas puedo hacer hoy que me hagan avanzar un poquito? Te sorprenderás de cuanta distancia puedes cubrir si vas dando pequeños pasos. Muchos pocos hacen un mucho, y los centímetros se convierten en kilómetros. Vamos añadiendo todos nuestros pequeños esfuerzos como si se tratara de una hilera de perlas, y antes de que nos demos cuenta....¡tendremos un collar!.
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