viernes, 6 de octubre de 2023

Aprende a "soltar"

             No hagas que tus hijos se sientan culpables por crecer. Nacieron para volar. Si no pueden, ¿qué dice eso de ti como padre o madre? Al primero al que se le ocurrió la idea  de que los hijos se fueran de casa fue a Dios. Entonces, cuando tus hijos se hagan adultos, no pierdas la perspectiva ni sucumbas ante el resentimiento y la autocompasión. Aprende a dejar de ser propietario y conviértete en su entrenador. Así es como Dios planteó la vida. Tus hijos adultos ya deben de tener los recursos para valerse por sí mismos. La pregunta es ¿y tú? No ataques a los que ahora forman parte de la vida de tus hijos. Es fácil juzgar a la ligera cuando ya no mandas. ¡No lo hagas! A nadie le gustan los críticos, y no conseguirás más que alejar a tus hijos. No pierdas los estribos, ya que has invertido tanto en esa relación paternal.

              Aunque estés disgustado por haber dado mucho y al parecer recibir muy poco, e incluso cuando no aceptes sus decisiones, es mejor orar que discutir. Cuéntaselo a Dios. ¡ Él puede cambiar lo que tú no puedes! Tus hijos estarían mal preparados para la vida sin hubieran crecido sin formar sus propias opiniones y tener su singularidad. Como padre, estás en tu derecho a pensar y sentir de cierto modo, pero una vez que hayas expresado tu manera de ver las cosas, respeta sus decisiones y apóyalos lo mejor que puedas. No permitas que el diablo te robe tus inversiones más preciadas. Lo mejor que puedes hacer como padre o madre es amar a tus hijos, orar por ellos y "estar ahí" cuando te necesiten.

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