martes, 10 de octubre de 2023

La voluntad de Dios para ti (4)

                       Para cumplir lo que Dios tiene en Su voluntad para tu vida y convertirte en la persona que Él desea, deberás enfrentarte a la persona que temes que Dios quiere que seas. La mayoría de la gente equipara la madurez espiritual con los esfuerzos realizados para cumplir con las normas de la Biblia. Sin embargo mientras pienses que el objetivo de Dios es crear seguidores de normas, el crecimiento espiritual parecerá una obligación  en lugar de un deseo del corazón. Pablo escribe: "....La ley no se nutre de la fe, sino que quien cumpla estos preceptos, por ellos vivirá". La observancia rígida de las normas y reglamentos hace que la persona apague el deseo, reprima sus emociones y se vuelva arrogante. La Biblia dice: "...La ley es la causa de la muerte, mientras que el Espíritu lo es de la vida". 

                      Hay una gran diferencia entre seguir las normas y seguir a Jesús, porque no puedes hacer lo segundo sin cultivar un corazón entregado. Jesús no dijo: 'He venido para que pudierais seguir las normas' sino "....He venido para que (tengáis) vida, y para que la (tengáis) en abundancia". Hasta que no entiendas que el crecimiento espiritual te encamina a la mejor versión  de ti mismo, habrá una pregunta que te intimida, y es esta: '¿Como va tu vida espiritual?'. La culpa y la falsedad que te incomodan constantemente te obligará a responder; 'Regular, no tan bien como debería'. Se es propenso a utilizar comportamientos externos y prácticas devocionales para medir la salud espiritual. Es decir, ésta se mide en base a lo temprano que uno se levanta para leer y orar, lo largos que son los momentos devocionales o cuánto se asiste a la iglesia. La formación espiritual  no es eso. Consiste en tener una relación estrecha con Cristo, ¡no en seguir normas!.                                             

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