viernes, 1 de junio de 2012

No lo puedes hacer tú solo

Tienes que entender que nunca cumplirás tu destino, si no estás dispuesto
a dejar que otros,se involucren en él. No pienses tampoco que tu sueño sea
algo grandioso,todos van a querer ser parte de él automáticamente; desa-
fortunadamente no suele suceder así. El mismo anhelo que te bendice,puede
hundirte si no te rodeas de las personas adecuadas. No esperes a estar al borde
de un ataque de nervios, o a que tu familia se destruya,para buscar ayuda.
Cuando Dios llama a un individuo, también llama a otros a que lo apoyen.
Busca entonces a tu alrededor. A lo mejor solo necesitas una persona, o tal
vez a muchas. Cuanto mayor sea tu cometido, mayor será tu equipo.Por lo
general la envergadura del mismo determinará la calidad de las personas que
se te van a unir.Si tienes un gran proyecto, será mucho más fácil despertar el
interés y la colaboración de las personas idóneas. Lo único que necesitas es
entablar contacto con ellas,invitarlas, comunicarles la visión y dejarles que
hagan su parte

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