miércoles, 20 de abril de 2016

Miralos bien otra vez

                                                     Pablo dejó bien claro que hay cualidades que todavía no hemos descubierto o discernido en las personas que nos rodean.La mayoría de nuestras conclusiones se basan en información limitada y a menudo imperfecta. Dios vió cualidades en David que su propia familia no reconocía. Para ellos era simplemente un pastorcillo. De hecho, cuando apareció en el frente de batalla  y se ofreció para luchar contra Goliat, su hermano mayor Eliab, le pidió que se volviera a casa y se ocupara de sus tareas.Pero unas horas más tarde David mató a Goliat y su nombre se hizo famoso en Israel. Los hermanos de José se ofendieron por el sueño que Dios le había dado y por gozar del favor de su padre. No obstante llegó a ser primer ministro de Egipto y acabó cuidando de toda su familia durante una época de hambruna.
                                                      Lo que se debe aprender de todo esto es que debemos tener cuidado en como tratamos  a las personas que nos irritan.Aprendamos a pasar por alto las aparienciasd. ¿Te acuerdas de Rut, una campesina que recogía cebada y que acabó convirtiéndose en la esposa del jefe?. Quizá un dia alguien así te firme la nómina, así que bendícela y trátala bien. Y aprende a ver más allá de la distracción de la belleza. Acuérdate de Esther y del necio Amán, quien menos preció a la hermosa muchacha que se sentaba junto al rey. Ella sabía algo que él desconocía, tenía acceso  divino a la información que salvaría a su pueblo, y ocasionaría el final de Amán. Sólo fué cuestión de tiempo. Conclusión,Nunca sabes plenamente lo que sucede en la mente de los demás, así que no te apresures a desecharlos. Míralos bien otra vez.  

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