viernes, 1 de abril de 2016

Nunca difames a nadie

                                                       Hoy en día es difícil encontrar a un político que dirija una campaña electoral totalmente limpia.Pero la difamación no se limita a los políticos. Dadas las circunstancias, todos podemos sentir la tentación de denigrar al otro.sin embargo antes de hacerlo lee atentamente lo siguiente: "¿Quién Señor, puede habitar en Tu Santuario? ¿Quién puede vivir en tu santo monte? Solo el de conducta intachable, el que practica la justicia y de corazón dice la verdad; que no calumnia con la lengua , que no le hace mala su prójimo ni le acarrea desgracias a su vecino".
                                                       ¿Recuerdas la última vez que despedazaste a alguien con las palabras? ¿Qué motivo tenías? ¿Porqué sentiste la necesidad de menoscabarlo delante de otros? ¿Fué una herida causada por la persona lo que te indujo a hacerlo? ¿Sentiste envidia por sus logros? Si es así ¿no has aprendido a aprovechar la envidia para motivarte para alcanzar tus propias metas en lugar de llevarte a difamar al otro?. Es posible admirar en apariencia a alguien pero en realidad desear algo que él/ella tiene.
                                                         La Biblia dice que Dios es quien exalta. Este pasaje debería de animarte a ser alguien que forma parte de un equipo y a no ser competitivo. No ha porqué apagar la luz de otros para que brille la nuestra. Dios ya ha declarado que nadie puede frustrar el propósito. que tiene para tu vida.Y ya que Dios te ha garantizado un destino y te ha prometido vengarse todo mal que te inflija, nunca más necesitarás difamar o denigrar a nadie.
                                                         

No hay comentarios:

Publicar un comentario