Tener fe de que tus oraciones van a ser respondidas es una verdad importante. Pero no es eso a lo que aquí se refiere Pablo. Éste comienza el capítulo diciendo: "...Algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores...". Pablo exorta a los creyentes a que se mantengan en la verdad para no ser arrastrados por la corriente del error. Una estadística que debería alarmarnos es que el 90 por ciento de los que acaban en sectas, empezaron en iglesias normales. ¿Cómo es posible? ¡Porque no se afianzaron en la verdad de la Palabra de Dios! Son como el hombre a quien le preguntaron: '¿Qué es lo que crees?' Él contestó: 'Lo mismo que cree mi iglesia' ¿Y qué cree tu iglesia?' 'Pues lo mismo que creo yo.' Siguieron preguntando: '¿Qué creéis tu iglesia y tú?': su respuesta fue: '¡Los dos creemos lo mismo!' ¡Estaba claro que no sabía lo que creía.
Es verdad que Dios nos sigue revelando nuevas verdades, como dice en la Palabra: "La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" Sin embargo, Dios no destruye los fundamentos de la verdad, sino que edifica sobre ellos. Andan por ahí algunos maestros de la Biblia con nuevas revelaciones cuya actitud transmite lo siguiente: 'Yo traje la revelación, todo comenzó conmigo.'¡Eso es ego, no unción! No hemos sido llamados a probar experiencias, sino a probar la verdad. Debemos honrar a los que están en el ministerio, pero entender también que el hecho de que el pñredicador diga algo, no significa que tenga que ser verdad. Los hermanos de Berea "...recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" ¡Haz tú lo mismo!.
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