El que hayas tenido posiciones de responsabilidad en los negocios, en la política o en el funcionariado no te califica automáticamente para ser líder de la iglesia. Alguien dijo: "Lo que la iglesia más necesita es un liderazgo de convicciones, espiritual y sacrificado" Analicemos cada una de estas cualidades. 1) Liderazgo de convicciones. La gente respeta los líderes que están seguros de dónde van y que inspiran confianza en sus seguidores. Los líderes inseguros no motivan a nadie a sumarse a su causa y permanecer en ella. La incertidumbre confunde y desanima a los subordinados. La gente sigue, casi sin cuestionar, a alguien que es sabio, firme y fiel en lo que cree.2) Liderazgo espiritual. Nos sentimos atraídos a líderes con don de gentes y carismáticos. Pero esas características innatas no son suficientes por sí solas. Muchos seguidores se dejan cautivar por la personalidad de alguien, a menudo en detrimento suyo. No te conformes con ser un popular "flautista de Hamelín". Los buenos líderes cristianos buscan a toda costa que sus adeptos sigan a Jesús, no a ellos. Debes preguntarte si tus seguidores conocen, sirven y aman a Dios gracias a tu manera de dirigir. Si es así, eres un buen líder cristiano.3) Liderazgo sacrificado. ¿Estarías dispuesto a dirigir si, como Pablo, fueras traicionado. acusado falsamente, apaleado , privado de comida, casi ahogado, apedreado y dejado por muerto?. Los buenos líderes cristianos lideran cuando no es cómodo ni conveniente, cuando no es gratificante y cuando hay que pagar un precio. Están dedicados a las ovejas que les han sido encomendadas y al "Pastor Supremo" a quien tienen que rendir cuentas. Reconocen que Jesús trazó y modeló el prototipo de liderazgo entregado que le costó la vida: " Para esto fuisteis llamados, porque Cristo sufrió por vosotros, dándoos ejemplo para que sigáis sus pasos.
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