Hay una máxima que se confirma una y otra vez. "El corazón tiene un vacío con la forma de Dios y solo Él encaja ahí" En el libro (El valle de Kwai. De la desesperación del campo de exterminio a la victoria espiritual). Un escrito escribe acerca de un grupo de soldados estadounidenses que fueron capturados, torturados y privados de comida por los japoneses en la Península de Malaca en la Segunda Guerra Mundial. Debido a las terribles condiciones en que vivían comenzaron a comportarse como animales arañando, peleando y robando comida. En un intento de mejorar la situación , el grupo decidió leer el Nuevo Testamento. Cuando alguien se lo leyó a los soldados estos se convirtieron a Cristo y aquella manada de animales se trasformó en un grupo de personas con amor. Todo fue gracias a la realidad de que Dios vive en Jesús y Él entra a morar en el corazón de quien confíe en Él. Jesús brinda felicidad, paz, una vida transformada y la seguridad de la vida eterna a todos aquellos que ponen su confianza en Su muerte expiatoria.
Entonces, ¿de qué te vales para intentar llenar el vacío que hay en tu vida? ¿Cosas materiales? ¿Drogas? ¿Sexo? ¿El éxito profesional? ¿La búsqueda del crecimiento intelectual? ¿Nuevas emociones? Mas vale que dejes todo eso porque no da resultado. Pablo se lo explicó así a los filósofos de Atenas."...Dios...hizo el mundo y todo lo que hay en él...da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad....Su propósito era que (buscáramos) a Dios y, quizá (acercándonos) a tientas lo (encontráramos); aunque Él no está lejos...de nosotros. Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos....". Como describe el himno cristiano inglés "Ahora nadie sino Cristo puede llenarme, para mí, no hay otro nombre, Amor, vida y gozo duradero, Señor Jesús, en Ti encuentro".
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