miércoles, 30 de octubre de 2013

La Espera

                                                                       En la década de los 40, Samuel Beckett escribió una obra de teatro titulada
Esperando a Godot, la cual se considera hoy un clásico. Dos hombres aparecen de pie en un escenario vacío, con las manos en los bolsillos, mirándose el uno al otro. Todo lo que hacen es pararse allí y mirarse. No hay acción, ni argumento, sencillamente están allí de pie esperando a que llegue Godot.
                                                                       Pero ¿quién es Godot? ¿Es una persona? ¿Representa a Dios?. Un ético cristiano, sugiere que Godot "representa los castillos en el aire a los que mucha gente se aferra como un escape". Cuando la obra termina, los hombres siguen de pie en el escenario sin hacer nada, sólo esperando.
                                                                       Cuando se celebró el 50 aniversario de esta obra, alguien preguntó a Beckett: "¿Nos va a decir ahora, quien es Godot?" Él contestó: "¿Y como habría de saberlo?".
                                                                        Esperando a Godot, es una parábola de las vidas de muchas personas: vacías y sin significación, una espera sin sentido. Y si no hay un Dios de amor, gracia y sabiduría, entonces la vida es realmente una espera sin esperanza a que pase el tiempo vacío.
                                                                         ¡Qué diferente es la esperanza de los cristianos! Nosotros esperamos y aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Esa esperanza nos sostiene, una esperanza de que mas allá de este mundo hay una vida llena de bendiciones indescriptibles.
          

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