jueves, 10 de octubre de 2013

Seguir creciendo

                                                                      En la cárcel, sin posibilidades de salir y con la certeza de que iba a ser decapitado, Pablo le pidió a Timoteo que trajera sus pergaminos. ¿Porqué los pergaminos? Porque quería seguir creciendo
La verdad es: 1) Cuando dejas de crecer estás acabado. Cuando el poeta Longfellow era muy mayor, un admirador le preguntó como era capaz de seguir escribiendo una poesía tan bella. Apuntando a un manzano cerca de ellos dijo: 'Ese árbol es muy viejo, pero nunca he visto flores mas hermosas. El árbol echa ramitas nuevas cada año, y de esas ramitas salen esas preciosas flores. Yo también intento crecer un poquito cada año'. 2) Crecer no resulta fácil. Te desafiará, te hará replantearte cosas en las que siempre creíste; y a lo mejor hasta tendrás que perder amigos y dinero. Pero cuando te comprometes a crecer no puedes quedarte estancado en la ignorancia. 3) Crecer es tu responsabilidad. Cuando eras niño tus padres se ocuparon de tu crecimiento, pero ahora tienes que hacerlo tú. Un poeta escribió: ¿Para que vivimos en esta tierra si no es para crecer? Y sin embargo muy pocos se entregan a ese proceso, porque el crecimiento requiere cambios, y no nos gustan los cambios y lo que estos conllevan. Si no cambiamos no crecemos, y si no crecemos no estamos viviendo. Para crecer hay que entregar temporalmente el sentimiento de seguridad; significa también deshacernos de patrones familiares que nos limitan, de ese trabajo seguro pero no gratificante, de los valores en los que ya no creemos y de las relaciones humanas que han  perdido su significado. Lo que más nos asusta es dar un nuevo paso; sin embargo, nuestro mayor temor debería se r justo lo contrario. ¿Existe algo peor que una vida sin crecimiento?.           

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