lunes, 28 de octubre de 2013

¡No hay nadie como Él!

                                                                     En los Diez Mandamientos se les ordenó a los israelitas que no hicieran ninguna "imagen tallada" de Dios. ¿Por qué? Porque Él nos hizo, no nosotros a Él. El dios que tú haces es uno que tú puedes controlar y a quien puedes pedirle todos tus deseos. Los griegos tenían una multitud de dioses, todos creados por el hombre. Algunos demandaban sacrificios humanos, otros permitían la prostitución, y hasta la fomentaban en sus templos. Cuando alteramos el orden y empezamos a crear a Dios a nuestra imagen (de acuerdo a nuestra imaginación), éstos son algunos de los dioses que creamos: 1) Un dios político, conservador o liberal, beligerante o pacífico, un dios que los candidatos políticos sacan a relucir en época electoral para conseguir votos, aunque en realidad no lo sirven. 2) Un dios flexible, que nos deja hacer lo que queramos, pero a quien responsabilizarmos de nuestros actos, diciendo: 'Sentí de Dios que tenía que hacer eso'. 3) Un Dios que promete bendecir  a sus hijos, pero nunca disciplinarlos. 4) Un Dios a quien puedas "arrinconar" hasta que lo necesites. 5) Un Dios que no reina sobre todas las cosas, sino que se conforma con ser una de las tantas deidades que ofrecen un camino al cielo. ¡Falso! Dios dice: "...Yo soy el señor y fuera de mí no hay quien salve" Y Jesús afirmó: ""...Yo soy el camino, la verdad y la vida..." Jesús no necesitaba un cambio de imagen para poder encajar en esta era espacial y de Internet. ¡Él es el Señor" De hecho, sino es el Señor de todas las áreas de tu vida,
¡entonces no es Señor de nada!.         

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