jueves, 31 de marzo de 2016

Hay que ganarse la confianza

                                                      Hay un arma mágica que les gusta esgrimir a los adolescentes para manipular a los padres: ¡No confías en mí! Cuando la usan, damos marcha atrás; No, hijo mio, no es que no confíe en ti cuando estás con tus amigos o cuando coges el coche.Es que yo....' y se nos acaban las palabras . Nos ponemos a la defensiva y se zanja el asunto. La verdad es que se puede confiar en los hijos en algunas cosas, pero no en otras. No es un 'todo o nada'. Por ejemplo, algunos estamos autorizados en el trabajo a usar el dinero de ciertas cuentas bancarias, ¡pero no se nos da el acceso a todo el talonario de la empresa! Ya no seamos más "chantajeados" por nuestros hijos, e informémosles de que la confianza va por etapas; un poquito ahora y un poquito más adelante.
                                                        El humorista y escritor Mark Twain bromeó: "Cuando un niño cumple los doce años, deberías meterlo en un barril, ponerle la tapa con clavos y alimentarlo por un agujero; y cuando cumpla dieciséis sellar el agujero". Ahora en serio; hay momentos en que los padres se sienten así, pero habrá otros en los que tendrás que aflojar la cuerda  y empezar a confiar en tus hijos. Dos cosas importantes sobre la confianza: Primero, debe adecuarse a la edad . Sólo deberías arriesgar aquello que piensas que van a manejar adecuadamente. Segundo, la confianza hay que ganársela . Una persona bromeó una vez  que no iba a pagar dos mil dólares para enderezar los dientes a un niño que nunca sonreía. Lo que sucede en el interior de tu jovencito explica mucho lo que ves en su exterior. Pero tranquilo, vienen días mejores.

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