Una vez un hombre escribió a un Hotel donde quería ir de vacaciones y preguntó si podía llevar su perro, puesto que este se portaba muy bien. El propietario le respondió así: Llevo treinta años dirigiendo este hotel y hasta ahora ningún perro ha robado toallas, ropa de cama, cubertería o cuadros- Nunca he tenido que desalojar a ningún perro en medio de la noche por embriaguez o mala conducta y nunca se ha marchado ninguno sin pagar. Sí, aceptamos a su perro. Y es más, si su perro responde por usted , también usted será bienvenido". Salomón escribió: "El justo cuida la vida de su ganado". ¿Te has planteado la piedad alguna vez desde esa perspectiva? Quizá estés pensando que eso de las mascotas no suena muy espiritual. Evalúalo de nuevo.
Muchos corazones afligidos encuentran consuelo en un animal de compañía cuyo amor y lealtad les alivia la carga y les ayuda a seguir adelante. ¿Sabías que quienes tienen mascotas viven más, están más sanos, se recuperan antes y sufren menos depresión?. Quién puede olvidarse de los perros del 11-S que rastreaban entre la matanza de las Torres Gemelas ladrando desconsolados porque no podían rescatar a aquellos que perecieron? ¿Y que hay de los perros adiestrados que dan la vista a las personas ciegas o con discapacidad visual? Eso si que suena más espiritual, ¿verdad?. Cuando Dios creó a las mascotas dijo que era algo bueno. ¿Por qué lo diría? Porque tienen las virtudes del ser humano pero sin sus vicios. Así que reconozcamos que son un regalo de Dios, estemos agradecidos por ellas y cuidémoslas bien.
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