El plan de Dios para tu vida siempre implica entablar relaciones con las personas adecuadas. Para conseguirlo, tendrás que identificar a esas personas y trabajar con ellas. Recuerda a Jonatán que amó a David y estuvo dispuesto a arriesgar su vida por él. O Ruth, que amó tanto a su suegra, la viuda Noemi, que esta le dio el aliciente para seguir viviendo. O Pablo, quien escribió: "...Timoteo...no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros...pues todos buscan sus propios intereses..." Pero es posible que existan áreas de tu vida que necesiten ser sanadas antes de embarcarte en esas relaciones y poder disfrutarlas. Hay gran diferencia entre las relaciones "de conveniencia" y las relaciones "de corazón" Ni siquiera los lazos familiares son tan estrechos a veces como los fuertes lazos de amistad. Deja que Dios trabaje en tí y cuando estés listo, Él te presentará a las personas adecuadas. Mientras tanto, procura conocerlo mejor y hacer que Sus opiniones sean la fuente de tu autoestima. Si una relación anterior te despojó de ella y te agotó espiritualmente, aprovecha este tiempo para recuperarte; a lo mejor nunca volverás a tener esa oportunidad.
Y una cosa más, ama como Dios ama,Él ve tus imperfecciones y como a veces lo rechazas; pero con todo y con eso Él te sigue amando. Eso debería ayudarte para que no deseches a alguien solo porque haya cometido un error. No te deshaces de tu automóvil cuando tiene una pìeza defectuosa, ¿verdad? Si Dios te perdona a tí de la misma manera que tu perdonas a los demás, ¿como estarías? Venga, deja que Dios te enseñe a construir relaciones sólidas y duraderas.
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