martes, 8 de febrero de 2022

La avaricia (4)

                Si tus metas en la vida tienen en cuenta a Dios, Él te ayudará a conseguirlas. Pero si le estás pidiendo algo solo porque tu vecino lo tiene, vas a quedar decepcionado. Dice la Biblia: "...Nada bueno niega a los que andan en integridad". Cuando Dios te quita algo, confía en Él, porque sabe bien lo que hace. Dios te ama demasiado para concederte algo para lo que no estás listo, que no puedes manejar, que no encaja en Su plan para tu vida o que acabaría agotando todas tus energías o incluso destruyéndote. Cuando codicias algo, ruegas a Dios que te lo dé y haces de ello el objeto de tu felicidad, les estás pidiendo que sustituya su relación contigo por algo que tú consideras mas importante. Si insistes, es posible que Dios te deje sufrir las consecuencias, como le sucedió al pueblo de Israel: "---Él les dio lo que pidieron; más envió flaqueza en sus almas."

                 No llegues al final de tus días y tengas que contemplar el pasado con remordimiento, al encontrate con un matrimonio destruido, hijos perdidos, una conciencia corrompida o la tristeza de constatar que te perdiste lo mejor de Dios. Nuestro problema no es que no queramos a Dios: es que queremos a Dios-y además-una casa en la playa, un trabajo fabuloso, un cónyuge perfecto y cualquier otra cosa que se nos antoje. Por eso dijo Jesús: "Mirad, guardaos de toda avaricia porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee". La vida no se construye con cosas,sino con relaciones. Y la primera en la que tienes que trabajar es tu relación con Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario