martes, 15 de febrero de 2022

Raices y Alas (2)

              En el paso de la adolescencia a la edad adulta, tus hijos se sentirán inseguros a veces, tendrán emociones contradictorias y cambios súbitos de humor. Todo eso te mandará señales conflictivas: necesitan a la vez cercanía y distancia; relación estrecha e independencia. Con una mano te acercan a ellos y con la otra te empujan. Tienes que entender que aunque parezcan distanciarse, siguen necesitando sentirse seguros en su entorno familiar. Cuando quieran alejarte, demuestran madurez y recuerda que no se trata de algo personal sino que se están demostrándose a sí mismos que pueden ser adultos e independientes. Seguro que unos minutos después, o unas horas o unos días, volverán a ser tus niños y querrán que los mimes. Eso no es mas que el tira y afloja de ser padres adolescentes, y el resultado será positivo si sabes manejarlo con sabiduría. Por encima de todo, no des rienda suelta a la ira ni te sientas ofendido. "...Padres, no provoquéis a ira (no los exasperéis, no hagáis que se vuelvan irritables o amargos) a vuestros hijos...".

              Lo peor de enzarzarse continuamente en disputas con los hijos es que eso, crea desánimo duradero en ellos, y que aún depués de que haya pasado la tormenta, se sienten "deesalentados" y su espíritu es dañado, lo que en algunos casos hace que no quieran volver a esforzarse. En las culturas occidentales, las chicas suelen agarrarse a la cuerda parental durante mas tiempo que los chicos; por lo general estas se independizan más tarde y casi nunca rompen totalemente con la familia. Los varones por el contrario, suelen irse de casa antes y tener menos contactos con la familia después. Cuando no satisfaces en tus hijos la necesidad, dada por Dios, de libertad gradual, se irán antes y más lejos. Sé sabio, suéltalos poco a poco, a fin de que vayan aprendiendo a ser adultos y a seguir conectados más estrechamente después- 

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