martes, 26 de abril de 2022

No vivas lamentando el pasado

                 En otra versión bíblica " Y es que si la tristeza está en conformidad con la voluntad de Dios, produce un saludable cambio de actitud del que no hay que lamentarse; en cambio, la tristeza producida por el mundo ocasiona la muerte". "Porque mirad ¡qué solicitud ha producido en vosotros esto, esta tristeza piadosa, qué vindicación....que indignación, qué temor, qué gran afecto, qué celo, qué castigo de mal!...Alguien escribe: "A medida que se agravaba la coyuntura económica, empecé a lamentarme de no haber comprado una casa más barata. 'Ojala no hubiera comprado una casa tan cara'; 'Ojalá hubiera alquilado algo en lugar de comprar','Ojalá me hubiera quedado en la casa donde vivía'. Puedo seguir todos los "ojalá" del mundo hasta que me dé una depresión y me quede estancado entre el remordimiento y los deseos de avanzar.

                  Cuando no pongo mis ojos en Aquel que todo lo provee....dejo que los pesares se hagan mayores que Dios....y según esa forma de pensar, dejo que mis decisiones pasadas - o un acontecimiento, una tragedia, algo en lo que transigí, un error - lleguen a ser más grandes  que el Dios que creó el universo con Su palabra.... Todos vivimos entre el remordimiento y el temor  mucho más de lo que admitimos. Y esos sentimientos nos envuelven en una especie de parálisis: tememos tanto a las malas decisiones pasadas como a las que tenemos que enfrentar. Dios derrama su gracia en el presente....nuestro caminar consiste en tomar decisiones y mantenernos firmes en ellas, con la seguridad de que aunque nos equivoquemos, Dios es suficientemente grande para cambiar las cosas. Cuando los pesares se manifiestan en tristeza humana y no en la tristeza que proviene de Dios, te encuentras sumergido en la autocompàsión, en lugar de poner tu mira en Aquel que hace que "...todas las cosas nos (ayuden) a bien...a los que conforme a sus propósito son llamados".   

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