Alguien describe la gracia como " la sal que sazona nuestras palabras e impide que se corrompan". La sal tiene dos fines primordiales; preservar y dar sabor. Por eso, cuando la Biblia dice que tus palabras deben ser "sazonadas con sal" , su mensaje es que éstas tendrían que preservar y no corromper, no ser nunca de mal gusto y fomentar el bienestar del prójimo. El apóstol Santiago dice: "No ...puede uno sacar agua dulce de un manantial salado".o sea no puedes fingir lo que está en tu corazón. No se trata de aprender a decir lo correcto, sino de tener una actitud adecuada, porque tus palabras reflejan""la abundancia del corazón". Dijo Salomón : "Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana". Si no tienes cuidado, con tus dichos puedes meterte tú y a los que te rodean en toda clase de problemas.
Según un profesor bíblico: "Tenemos la capacidad de hablar palabras de fe que pueden desencadenar milagros....la fe es una ley que opera cuando proclamamos algo, ya sea para nuestro provecho o para nuestra destrucción...." "...La lengua de los sabios sana"; lo contrario sería: "La lengua de los necios causa enfermedad". Tú eliges. Puedes hacer que en tu corazón se albergue y por tu boca salga lo que el diablo te indica o puedes vivir en fe y recibir y hablar la Palabra de Dios, proclamando sus bendiciones. La práctica de la fe consiste en creer lo que Dios dice y confesarlo". Así pues, empieza a hablar palabras de sanidad.
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